Formando la segunda parte de un díptico con Les étoiles d’évaporent, Lueurs réminiscentes añade una parte electrónica al trío de percusión, creando al mismo tiempo una especie de negativo de la primera escena. La abundancia de sonidos y la rapidez de los pulsos abandonan el espacio escénico para encontrar lugar en la electrónica, en eco a una de las primeras fotografías de la historia, boulevard du Temple en París, donde la multitud en movimiento no fue capturada por el daguerrotipo debido a un largo tiempo de exposición. Se trata, de manera metafórica, de reproducir aquí esta articulación entre inmovilidad y movimiento, interrogando la frontera entre sonidos acústicos y electrónicos, fusionándose en un halo que se descubre lentamente.
